One of us es el título que da nombre a la primera exposición individual del artista francés afincado en Roma Yann Leto.

Se trata de una colección de pinturas de mediano y gran formato a través de las cuales queda reflejado el esfuerzo por mantener la identidad, la auto–nomía y la posición personal dentro de un grupo. El grupo constituye quizás la forma más habitual de convivencia del ser humano (grupos de trabajo, de amigos, familiares, etc.). El hombre necesita de otros individuos para desarrollarse y sobrevivir. Los grupos de los que formará parte a lo largo de su vida, voluntaria o involuntariamente, a la vez de proporcionarle un número importante de estímulos necesarios para su desarrollo y supervivencia, van a requerirle una transformación necesaria en la que sus intereses personales se tendrán que ver modificados o comprometidos, y requerirán de sus integrantes la aceptación de una serie de normas.

Evocando un momento de la película Freaks de Tod Browning en la que los monstruos de aquel famoso circo entonan la canción: ”Gobble, gobble, we accept her, one of us, one of us…” surgen preguntas a las que continuamente intentamos dar respuestas convincentes: ¿Hasta dónde hay que aceptar para que alguien sea considerado uno de los nuestros?, ¿es uno de los nuestros porque es igual que nosotros?. Formar un grupo hace mas fuerte, protege, pero también crea una jerarquía, como sucede entre los monstruos de la película. La lucha de poder es continua y acaba en tragedia. Es un micro mundo y un retrato fiel de lo que sigue pasando hoy en día a muchos niveles, no solo el personal, también político social y económico.

Sin caer en la crítica del capitalismo, esta exposición pretende dejar testi– monio del esfuerzo diario por mantener la noción de autenticidad y el des– gaste que supone exteriorizar la personalidad cuando se está atrapado en una sociedad global y pulida que determina la forma de vestir, de pensar, de actuar y de vivir en general.

También se refiere al paso de sujeto a individuo y su cambio radical para encon– trar la adecuación perfecta en las situaciones en las que no está solo, de cómo nos sentimos una vez integrados, de las fuerzas y los reconocimientos que se van estableciendo como leyes duraderas y, a veces, inamovibles, como bien sugiere One Of us la canción de Joan Osborne que afirma que, quizás Dios se encuentra entre nosotros, como si un ser divino de repente nos hiciera el favor de ser uno de los nuestros, confirmando que somos pequeños y no me–recedores de tal acontecimiento cuando creíamos tenerlo todo conseguido.

A través de estas obras también se desea poner en el punto de mira la organización jerárquica dentro del grupo, sea oficialmente aceptado o no lo sea, la iglesia, la empresa, o incluso la cárcel… el cómo se crea un orden respetando un patrón piramidal o menos geométrico, en ocasiones, en el ejercicio de la fuerza y lucha del poder. ¿Quién triunfa? ¿el más inteligen– te?, ¿el más poderoso?, ¿el más fuerte?, ¿el que actúa al margen o el que se impone por la fuerza de la ley?. Incluso el que decide vivir retirado de lo social entra en conflicto de grupo contra la naturaleza, la ley animal o el clima no sin verse involucrado en un proceso de desindividualización.

Todos estamos intentando encajar en esta sociedad impuesta por la sed de triunfo y poder y la única forma de encontrar la paz sea quizás la muerte, y no vista desde un proceso únicamente biológico, religioso o antropológico, porque abordado así sería hacerlo desde una sola mirada cayendo en la trampa de un pensamiento simplificado, sino mostrando esta muerte como un acto complejo, abierto, social y transdisciplinario.