La obra del artista José María Córdoba se presenta como un fascinante diálogo entre modernidad y tradición, donde se entrelazan la esencia del expresionismo y el cubismo con referencias renacentistas. Su enfoque lúdico e irónico convierte cada composición en un fragmento de la realidad, invitando al espectador a cuestionar las apariencias y a profundizar en la complejidad de lo que nos rodea. A través de su arte, Córdoba no solo recrea imágenes, sino que también desafía las percepciones del tiempo y del orden del mundo.

Las composiciones de José María Córdoba son más que simples representaciones visuales; son puertas a una reflexión sobre los significados ocultos detrás de cada imagen. Cada trazo y color está cuidadosamente pensado para provocar una respuesta emocional que trasciende lo superficial, animando a los observadores a descubrir las historias subyacentes. Esta fusión de estilos enriquece su obra y establece un puente entre diferentes épocas y corrientes artísticas.

Como pintor, escultor y grabador versátil, José María Córdoba caracteriza su trabajo con un profundo trasfondo literario y una mezcla de estilos que abarca el mestizaje y la deconstrucción. Su uso del color se convierte en un personaje y símbolo onírico, explorando temas de mitología, sensualidad mediterránea y las exploraciones de Jung, donde lo imaginario y lo simbólico se entrelazan con la realidad. Desde su llegada a la Costa del Sol en 1981, ha evolucionado su técnica, adoptando la deconstrucción como base de su análisis artístico. Sus obras, que antes reflejaban influencias del cubismo y el futurismo, ahora presentan un juego de formas y colores que evocan un mundo fractal. Este enfoque metafísico se combina con un carácter lúdico y espontáneo, donde elementos como la sonrisa y la máscara aportan ironía y referencias a la commedia dell’arte, reflejando su rica trayectoria y su interés por fusionar fragmentos de la realidad con su propia invención.